La subrogación empresarial es la obligación que asume una empresa que adquiere a otra de mantener todos los derechos y obligaciones de los trabajadores, sus representantes y la Seguridad Social. Por ello, la empresa adquirente debe conocer en detalle la coyuntura legal y las obligaciones a las que va a tener que hacer frente tras la compra.

Esta obligación viene recogida en el artículo 44 del Estatuto de los Trabajadores, junto a la obligación de responder, hasta tres años después de la fecha de la transmisión, de las consecuencias por irregularidades en materia laboral y de la Seguridad Social que pudiera tener la empresa cedente.

En este tipo de situaciones, es fundamental hacer una auditoría laboral, o Due Dilligence, para conocer todos los detalles. Los principales aspectos que debe tener en cuenta este informe son:

  • Contratos de trabajo, Convenio Colectivo de aplicación, acuerdos individuales y/o colectivos con los trabajadores, política retributiva y condiciones salariales.
  • Grado de conflictividad, procedimientos judiciales abiertos, finalizados o previsibles en materia laboral y de la Seguridad Social, relación con Representantes de los Trabajadores, obligaciones pendientes con la Seguridad Social, acuerdos de pensiones con los trabajadores.
  • Derechos devengados a los que pudiera tener derecho la empresa cedente en materia laboral, así como planes de prevención de riesgos laborales asumidos por la empresa o por servicio de prevención ajeno.